Ludmila Osa L
La lucha más dura de sostener no es aquella que se combate
con un adversario, sino contra sí mismo.
(s/f)
Mi primera
carrera fue como Comunicóloga, como tal tengo el vicio de ver mi vida y mis
pensamientos como escenas de películas que se continúan una a la otra, claro!!
El personaje principal siempre soy yo y la posibilidad que tengo de poder
observar la vida que me rodea desde mi visión, desde mi percepción, desde el
personaje que me he creado; los argumentos generalmente van en función de mi
protagonismo, de mi necesidad de ser el centro, desde mi caprichosa forma de
acomodar el mundo y, la vida dentro de él, cuanto más fuerza tiene mi
personaje, más se cierran mis posibilidades y más pequeño se me hace el mundo,
al punto de llegar a ser una serie repetitiva de los mismo argumentos, los
mismos dramas, poco a poco me voy orillando al aislamiento, ese aislamiento que
me permite paliar mi contacto con dramas emocionales, logrando un simulacro de
contacto con el mundo,
A veces mi
ensimismamiento hace posible la conexión positiva con los demás, a veces logro
no verme, adormecerme y juego al trabajo, a ser la mamá, al conglomerado de
personajes que me completan, de repente el responder frente a una emergencia,
me hace tocar mi espontaneidad, actuar de manera espontánea, estar presente,
salir de mi mente, esto dura muy poco, nuevamente alguno de mis personaje sale
a escena y vuelve a ocupar la atención, ¡que bien lo hice!, ¡Soy tan
inteligente!, ¿ qué se me paso?, ¿por qué no le contesté?; la creatividad y la
espontaneidad quedaron en manos de intereses mezquinos, en las manos de esas
voces en mi cabeza, que constantemente son tan ruidosas…, escuchando estas
voces busco relacionarme con personas que piensas y actúan como yo, que me
aceptan como soy, que comparten mis opiniones, esto nutre y al mismo tiempo, si
se me hace una costumbre, me olvido de la novedad, confirmándome
constantemente, al punto de comenzar a sentir miedo, inseguridad, entro en una
zona de confort, queriendo que nada se mueva, que nada cambie.
¿Cómo poder salir
de esta comodidad?, ¿cómo volver a experimentar con gozo el riesgo de la
novedad?, ¿Cómo vivir la vida, que incluye ese riesgo? Cuando un pensamiento
aparece, dejarlo pasar, reconocer que pronto vendrá otro, observar la impermanencia
de mis pensamientos, darme cuenta que si les doy cuerda aparece uno tras otro y
así sucesivamente, …para…!!!, me digo todo el tiempo, respira…, me ayuda a
tocar el cuerpo, a conectar con las sensaciones y así poder reconocer que
siento. Al reconocerlo, cambia mi visión, me da espacio, puedo elegir qué
quiero en ese momento y actuar.
Somos
impermanentes, siempre cambiamos, cambiamos momento a momento y eso es parte de
la naturaleza, el objetivo, re-descubrir paso a paso nuestra autenticidad, lo
que me hace ser único.
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