miércoles, febrero 09, 2022

«LA PERSONA QUE LLEGA A TU VIDA ES LA PERSONA CORRECTA».

 Ésta frase hoy resuena muy profundo en mi cuerpo, en mis emociones y en mi psique.

«LA PERSONA QUE LLEGA A TU VIDA ES LA PERSONA CORRECTA».

Es decir que nadie llega a nuestras vidas por casualidad, todas las personas que nos rodean, que interactúan con nosotros, están ahí por algo, para hacernos aprender y avanzar en cada situación.

En ésta ocasión pareciera que fue como un “agujero negro”, éste agujero no estaba en el espacio, lo percibí a través de un mensajero.

Después de un mes de viaje personal, de intentar entender y acomodar todo lo que se había movido, estoy aquí integrando, reconociendo, mirando el proceso y lo que fue…

Comenzó en un encuentro con personas que sin saberlo habían sido parte de mi pasado, de un pasado que yo no sabía que existía y que al mismo tiempo yo era parte, comencé a escuchar historias que hablaban de mí, que yo no conocía, de situaciones que envolvieron mi vida… de repente era parte de la historia contada, percibida y vista por otros…

Haber estado en el mismo lugar, pero escuchar otra visión y percepción de las cosas…, fue muy extraño, narraciones que tenían un final diferente al que yo conocía…

La vida me había puesto enfrente una maquina del tiempo… en cada viaje, sincrónicamente me trasladaba en mi vehículo, en mi cápsula (camioneta), a través del tiempo. Conforme el recorrido transcurría me iba acercando a los lugar de mi adolescencia, a los paisajes, las calles, los tiempos, los olores, los colores… al principio era sumamente entretenido, excitante, lo disfrutaba enormemente, me atraía, traía recuerdos, me hacía sentir diferente, venían a mi miles de memorias… conforme pasó el tiempo esas memorias fueron conectado con situaciones más complejas, que ya no se sentían como un recuerdo, ni tan excitantes,  sino una vivencia (al parecer) no resuelta…

En éste viaje me acompañó un mensajero, un compañero en mi camino, con la empatía suficiente para escuchar mis vivencias, sin juzgar, con calidez, con una contención que él no sabía (ni yo), porque con el tiempo los recuerdos cada vez traían más sensaciones no resueltas, incómodas, recuerdos que dolían, que me confundían, que en esa época me conflictuaban la existencia… por lapsos todo se volvía demasiado emocional, una cosa se conectaba con la otra, no paraba… hoy me pregunto: ¿cómo fue que me sentí con la confianza y tranquilidad de contar tantas cosas?, ¿cómo explique tantos momentos?, muchos de ellos ni siquiera los recordaba; fue como si alguien o algo hubiera abierto el grifo del agua y simplemente el agua corría… a veces demasiado abierta, a veces a gotas, pero en ambas ocasiones tocaba muy profundo. Varias veces me dije “no cuentes esas cosas”, pero al parecer la necesidad de ser nombradas era mayor. Como era de esperar (eso lo sé hoy…) fue tocando tan profundo, que por momentos me dio miedo, en otros confusión, llegando a veces a no saber ni dónde estaba pisando…

A partir de aquí me referiré a mi de dos formas: “la de antes”/“la de ahora”

Hay teorías que creen que los seres human@s podemos vivir varias vidas en un mismo cuerpo, ésta experiencia la he tenido en otra ocasión, nuevamente vuelvo a sentirla igual, recordando y reconectando con “la de antes” se reactivo en mi esa pequeña, esa pequeña que buscaba definirse, esa rebelde que no se conformaba con la educación que le habían dado, esa que buscaba más allá de las estructuras que tenía a la mano, así hasta llegar a tocar y sentir las emociones de esos momentos (claro!, emociones no resueltas), la vida me puso a un mensajero que constantemente me ayudaba a accesar, no solo eso, me ampliaba los accesos, me daba caminos nuevos y me recordaba los viejos, al mismo tiempo, caminos que transitaba por primera vez siendo parte de mi historia, una historia no contada por mi, protagonizada por “la de antes”… muchas heridas se abrieron… heridas que pensé que ya había trabajado y estaban sanadas… ups!, pero también muchos regalos se recuperaron… mucho he estado sanando, mucho tuve que resolver, profundizar, liberar, para por fin hoy integrar, esa vida previa, al parecer había quedado ahí varada, congelada en el tiempo, mi inconsciente no quería recordarla, como dicen: “si no lo ves, no existió”, y así fue hasta hace unos meses. 

Hoy agradezco a ese “agujero negro” haber aparecido, a ese mensajero haberse cruzado, ese mensajero que me acompañó, que me lo hizo más divertido, luminoso, íntimo, chispeante, musical… (Nina Simone)

En éste punto, “la de antes” y “la de ahora” se abrazan, se complementan, en algunos aspectos son apuestas, en otros, siguen siendo muy similares y en unos cuantos más se han convertido en “apuestas complementarias”, que me están enseñando a reconocer, a conciliar los “opuestos complementarios” que nos definen como seres Human@s.

Los mayores regalos de ésta experiencia han sido: recuperar mi pasión por el baile… (aunque ahora esté viejita y no se pueda bien del todo…) y mi interés por explorar los “Opuestos Complementarios”. 

Hay otros opuestos con “la de ahora” que han ido apareciendo, todavía no están tan claros, conforme vayan quedando integrados los compartiré por aquí…

Om Shanti!

Luda