Ludmila Osa L
Hay días que al despertar, todo es tan
difícil de alcanzar, ser bueno en el trabajo, tener el cuerpo ideal, saberme
guap@..., vivir en paz...
Con estos pensamientos comenzamos el día…
que pesadilla!!!!
Todos hemos
tenido días así, la mayoría de las veces no sabemos por que estos pensamientos
nos despiertan, nos angustian, ¿por qué aparecen? si intentáramos voltear un poquito la mirada y ver que la
sociedad y los medios de comunicación nos han limitado en nuestra forma de
percibirnos, en la manera en que nos vemos y nos reconocemos, limitado la idea
de la estética, de la belleza física, limitando nuestro campo de acción, haciéndonos creer que la vida es tan básica como eso, provocando con esto nublar nuestra posibilidad de ser lo que reconocemos por naturalidad que somos, Seres bellos, únicos y sumamente amorosos.
Tal parecería
que hoy es más importante parecer algo que Ser alguien, podríamos pensar que esto
tiene que ver con nuestra confianza, con la tan nombrada palabra: “autoestima”,
pues sí ¡claro!… ya lo sé dirán muchos…, pero pocos lo alcanzan o pareciera que
lo logran.
¿Cómo poder
lograr esto si vivo hacia fuera?
Siempre con la necesidad
de ser reconocido, sin darme cuenta que también los demás viven igual, a la
espera de ser vistos, tomados en cuenta.
Qué pasaría si
en los momentos que nos sentimos así, en lugar de buscar formas en las que el
exterior nos acepte, que la sociedad nos reconozca… nos aislamos un poco,
recuperamos nuestro centro con 2 o 3 respiraciones profundas, nos decimos a
nosotros mismos:
“Existo y soy suficiente así como soy…”
Quizá podríamos
comenzar a recuperarnos como seres humanos, con pequeñas acciones, pequeños
pensamientos, contagiando a otros en el intento por recuperar nuestra dignidad
humana, poder ver poco a poco nuestra Luz Divina, hasta que en algún momento al abrir los ojos cada día la reconozcamos, esté ahí presente, puede que ese día lo vivamos muy distinto.
OM SHANTI!